Diseño de las Ciudades
La
vivienda rural era modesta, una simple habitación con ventanas y con el suelo
de tierra, con un pequeño huerto al lado de la casa. En las ciudades, las
viviendas se amontonaban a lo largo de estrechas callejuelas, llenas de barro
pero no existía el adoquinado y con ambiente maloliente, pues la gente tiraba
la basura por la ventana. En la Edad Media sólo los reyes y señores muy ricos
empleaban velas para alumbrarse, ya que los más pobres cuando se hacía de noche
se iban a dormir.
Según
los datos arqueológicos las casas altomedievales eran muy simples, por regla
general. Su tamaño era reducido y estaban construidas en madera, adobe y
piedras, utilizando paja para el techo. Las cabañas de los campesinos solían
medir entre 2 y 6 metros
de largo por dos de ancho, En su interior habitaban la familia y los animales,
sirviendo estos de “calefacción”.
Las
casas podían tener una cerca alrededor donde se ubicaría el huerto. Allí se cultivaban las hortalizas, las legumbres y las
pocas frutas que constituían parte de la alimentación de los campesinos. El
mobiliario de las casas era escaso. Algunas ollas de cerámica, platos y
marmitas, una mesa y taburetes para comer a su alrededor. Al ubicarse alrededor
de la mesa se emplearon cuchillos y cucharas, aunque serían las manos la pieza
más utilizada para comer. La comida más fuerte era la de la tarde, rompiéndose
el tópico que en la época medieval se pasaba habitualmente hambre.
Al
principio de la comida se servía la sopa, que
consistía en caldo de carne con pan. Después se comen las carnes, tanto en
salsa como a la parrilla, acompañadas de verdura -coles, nabos, rábanos,
aliñados con especias, ajo y cebolla, considerando que las especias favorecían
la digestión-. Era habitual que los platos se aliñaran con garum, El vino y la cerveza regaban estas pantagruélicas
comidas habituales en la nobleza. Como no todos los platos eran devorados, las
numerosas sobras caían en manos de los esclavos y sirvientes que daban debida
cuenta de ellas.
Las
fiestas eran iguales a exceso en la época altomedieval. Los canónigos de Mans recibían en determinadas fiestas
un kilo de carne con medio litro de vino aromatizado con hinojo o salvia. Si
advertimos que el calendario cristiano contaba con unos sesenta días festivos
al año -más las festividades locales- podemos imaginar el peso alcanzado por
algunos monjes.
En
época de Cuaresma la carne se sustituye por pescados: lenguados,arenques,
congrio o anguilas. Estas pesadas comidas requerían de largas digestiones
“acompañadas de siestas, eructos y flatulencias expresadas de la manera más
sonora posible, porque tal cosa se consideraba como prueba de buena salud y de
reconocimiento al anfitrión” en palabras de Michel Rouche. Buena parte de la
culpa de estas comilonas está en la mentalidad de la época al asociar la salud,
las victorias militares o la progenie con las plegarias y los banquetes que se
prolongaban durante dos o tres días.
Guerras de la Edad Media
Los ejércitos bárbaros, al mando
de Alarico el Godo, entraron a Roma en la noche del 24 de agosto del año 410
d.C. Los guerreros germánicos saquearon la capital imperial durante tres días,
y así pudieron poner un final simbólico al esplendor romano.
En los agitados siglos que
siguieron, las tribus germánicas paganas destruyeron lo que quedó del orgulloso
imperio y se establecieron, sólo para ser destruidos, a su vez, por los
vikingos escandinavos.
La caída del Imperio Romano fue acompañada
en toda Europa por un enorme flujo de emigrantes; algunos ya convertidos al
cristianismo. Hablaban idiomas distintos,, vestían diferente y no comían los
mismos alimentos pero a su vez todos dependían de la tierra, los ríos y el mar
para sobrevivir. Hacia el año 1000 d.C. los escandinavos se asentaron,
construyeron castillos y fundaron reinos.
Surgieron los grandes imperios
que lograron no sólo organizarse en poderosos ejércitos, sino que también
controlar grandes territorios a lo largo de toda Europa. Cuando acabaron los
imperios, Europa se dividió en pequeños feudos que fueron controlados por los
nobles: el grupo más importante de las clases sociales en la Edad Media.
Para el ataque a los castillos se
utilizaba principalmente las catapultas (que podía lanzar rocas de hasta 150
kilos), cañones (que eran lentos y solo disparaban dos o tres balas por día),
la torre del asedio (que ayudaban a invadir el castillo desde lo alto de sus
muros) y ariete (que servía para derribar portones y abrir brechas en los
trechos más frágiles de la muralla). La carga de la caballería pesada se
protegía con armadura y lanza, que se consideró insuperable durante buena parte
de la Edad Media. El riesgo de derrota total era excesivo por ello fue sobre
todo una sucesión de ceros de castillos y ciudades.
La estrategia militar de la Edad
Media consistía principalmente en controlar las fuentes de riqueza y, por lo
tanto, en la capacidad de los ejércitos para ocupar tierras. La parte más
importante de de las guerras era conquistar el castillo ya que tenían el
control de las tierras y de la población de alrededor.
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